
El caso es que llevamos meses percibiendo que la blogosfera, en general, y nuestra Gatera, en concreto, se están convirtiendo en víctimas de una silenciosa apatía. Cada día menos dinámicas, con espacios y entradas menos frecuentados, con pocas novedades y actualizaciones, sin apenas comentarios... Dicen que todo imperio tiene una etapa de ascenso hasta que toca el cielo e inicia su inevitable decadencia. ¿Será acaso que la era de los blogs está llegando a su fin? ¿O será sólo nuestra Gatera la que anuncia su ocaso?
Muchos son los logros conseguidos por nuestro rinconcito gatuno desde que iniciamos nuestras andanzas allá por el mes de noviembre de 2007. Hemos sumado numerosas visitas (muchas más de las que esperábamos), lectores asiduos, comentarios hechos con el corazón y el reconocimiento en algún que otro espacio de la red. Sólo por eso ya debemos sentirnos agradecidos. Pero en esta balanza que es el mundo animal hoy, os aseguro que es difícil mantener un equilibrio relativo que equipare el humor y la dura realidad. Nosotros, hasta ahora, lo hemos intentado. Y seguiremos haciéndolo, ¡no os vayáis a pensar! Porque aquí estaremos mientras uno de nuestros lectores siga dejándose caer por nuestro espacio felino, ¡faltaría más! Sólo esperamos que, ¡ojalá!, alguien se anime a acompañarnos en nuestro viaje.