Llega el final de noviembre, un mes especial porque es en el que he empezado a compartir algunas de mis reflexiones felinas con vosotros, queridos lectores.
Independientemente de este hecho, lo cierto es que a los gatos vuestra manera de organizar y dividir el tiempo nos resulta indiferente y, por eso, no nos importan ni vuestros relojes ni vuestros calendarios. No os vayáis a creer que esta falta de interés tiene su origen en algún tipo de dificultad en la comprensión de esos sistemas para medir el tiempo, ¿eh?, que entenderlos, los entendemos. Pero los ignoramos sistemáticamente para garantizarnos un modo de vida mucho más relajado. Porque, a ver: mientras vosotros corréis de aquí para allá esclavizados por vuestros segundos, minutos, horas y días, ¿dónde estamos nosotros? Pues haciendo lo que nos apetece en el momento en el que nos da la gana: dormimos, comemos, cotilleamos o jugamos sin necesidad de horarios. Esto nos confiere parte de esa libertad gatuna que a tantos humanos les encanta. Y es así como tiene que ser. Es parte de nuestra naturaleza.
Pero dejando a un lado este asunto y volviendo al tema del nacimiento de mi blog, simplemente quiero apuntar que tal y como decían en la película Casablanca:
Independientemente de este hecho, lo cierto es que a los gatos vuestra manera de organizar y dividir el tiempo nos resulta indiferente y, por eso, no nos importan ni vuestros relojes ni vuestros calendarios. No os vayáis a creer que esta falta de interés tiene su origen en algún tipo de dificultad en la comprensión de esos sistemas para medir el tiempo, ¿eh?, que entenderlos, los entendemos. Pero los ignoramos sistemáticamente para garantizarnos un modo de vida mucho más relajado. Porque, a ver: mientras vosotros corréis de aquí para allá esclavizados por vuestros segundos, minutos, horas y días, ¿dónde estamos nosotros? Pues haciendo lo que nos apetece en el momento en el que nos da la gana: dormimos, comemos, cotilleamos o jugamos sin necesidad de horarios. Esto nos confiere parte de esa libertad gatuna que a tantos humanos les encanta. Y es así como tiene que ser. Es parte de nuestra naturaleza.
Pero dejando a un lado este asunto y volviendo al tema del nacimiento de mi blog, simplemente quiero apuntar que tal y como decían en la película Casablanca:
"Creo que este es el comienzo de una bonita
amistad"

ce de cierta falta de elegancia a causa de vestir siempre de blanco, color poco apropiado en determinadas ocasiones; situación que se ve acrecentada a causa de convivir con un gato tan perfecto como yo. La vida es así! Pero os aseguro que no es fácil ser tan guapo... La pequeña Noa (que cada vez tiene menos de "pequeña", ejem, ejem...) es bastante simpática, aunque algo pesada en ocasiones. Os pongo una foto para que comprendáis a qué me refiero.





Me llamo Rumbo y soy un gato urbanita que comparte sus experiencias cotidianas y sus reflexiones felinas con todo aquel que quiera leerlas. ¿Os animáis?







