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lunes, 5 de diciembre de 2011

Como cada 5 de diciembre...

Gato en 1977Como cada 5 de diciembre en casa nos acordamos un año más de la heroica actitud de Gato, que se enfrentó a su instinto de supervivencia y arriesgó al menos alguna de sus siete vidas por salvar a sus humanas de las llamas de un incendio. Menuda historia, ¿eh? ¿Cómo? ¿Que no la recordáis? Pues pasad por aquí y echadle un vistazo al modo en que aquella fría mañana de finales de otoño un pequeño gato doméstico consiguió que quizá todo cambiara para nosotros.

Por nuestra parte recordaremos con cariño hoy y siempre a este felino de corazón valiente que, indudablemente, forma parte de nuestra historia como familia. Y es que allá donde estés, querido Gato, ¡nunca te olvidaremos!

lunes, 19 de julio de 2010

El accidente

Casi dos semanas han pasado desde nuestra última entrada y el motivo de esta ausencia no han sido ni las vacaciones, ni el calor, ni la apatía. Lo cierto es que hemos estado atareados y con la cabeza en otro sitio porque la madre de Noa, que vive en el taller de nuestros abuelitos humanos por parte de humana, tuvo un accidente.

El día 9, bien tempranito, recibimos una llamada de la abuelita para decirnos que Pikachu había vuelto de su paseo matinal arrastrando una de las patas posteriores y desde ese momento empezaron los nervios y las prisas. Nadie sabía qué le había pasado. ¿Un atropello? ¿Una caída? ¿Una patada? El caso era que la pequeña estaba sufriendo. En la clínica veterinaria, el reconocimiento y las pruebas permitieron concluir que tenía el pubis roto y, aunque aparentemente no había más daños internos, era preciso esperar a ver cómo respondía la paciente. Y es que las 24 horas posteriores a un accidente son muy importantes para comprobar que los órganos internos, en este caso especialmente la vejiga y los riñones, no han sufrido ningún daño.

Por suerte, la evolución de Pikachu ha sido muy buena y ya está casi perfecta aunque un poco harta de tanto reposo, de tanto analgésico y de no poder salir a la calle. Nuestra abuelita humana por parte de humana dice que ya le gustaría ver a una persona con el pubis roto caminando a los tres días del accidente y haciendo vida casi normal. Y es que la celeridad de recuperación de gatos y perros es muchas veces sorprendente.

El caso es que, a pesar del susto, suponemos que Pikachu volverá a su vida de gata con acceso al exterior en cuanto esté recuperada del todo y esto nos provoca cierto resquemor porque somos conscientes de los peligros de la calle y de que este incidente es algo que puede repetirse. Pero Pikachu llegó a nuestra familia siendo ya gata callejera y quizá encerrarla para siempre en pos de su seguridad sería algo que no soportaría. Como veis, más allá de la lesión ósea, la situación nos replantea de nuevo un eterno dilema: ¿libertad con riesgos o protección a costa de todo? Aunque suponemos que esa, queridos lectores, ya será otra historia.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Tres son multitud

Pues resulta que, después de fracasar estrepitosamente como casa de acogida, mis humanos decidieron, hace un par de semanas, adoptar definitivamente al pequeño rubiales. No os lo habíamos dicho antes porque yo esperaba que recapacitasen y le buscasen otro alojamiento al dichoso tuertecillo, pero en vista de que no va a ser así, creo que es mejor empezar a asumir la dura realidad: nuestra Gatera tiene un nuevo inquilino y, poco a poco, ¡esto empieza a parecerse al camarote de los hermanos Marx!

Rebautizado como Elmo, el enano antes conocido como Deux es el nuevo habitante de nuestra casa y todo un torbellino que no me deja ni a sol ni a sombra: la verdad es que entiendo que me idolatre pero es tanta la adoración que siente por mí que de vez en cuando tengo que esconderme para encontrar algún momento de paz. Noa lo lleva mejor, porque con ella no es tan insistente, pero a mí me trae por la calle de la amargura: que si "Rumbo, vamos a jugar", que si "Rumbo, vamos a luchar", que si "Rumbo, una carrera", que si "Rumbo, esto", que si "Rumbo, lo otro". ¡Pero bueno, ya está bien! Que conste que estoy seguro de que en el fondo es majete, pero tenéis que entender que yo ya soy un gatazo de cinco años al que le gusta la marcha pero con moderación, palabra que el enano parece no entender (Ejem, ejem...)

El caso es que la energía desbordante del canijo pasará, porque el tiempo lo cura y lo calma todo. Pero queda dicho que nosotros, a partir de ahora, seremos tres, toda una multitud gatuna que aprovecha esta entrada para felicitar a su abuelito humano por parte de humana, que ayer, 9 del 9 del 9, día del amor eterno para los chinos, cumplió un año más. Así que:

¡Felicidades, abuelito,
de tu trío favorito!

jueves, 2 de abril de 2009

El primer año de Veva

Hoy es un día importante, porque nuestra pequeña Veva cumple su primer año. Entre unas cosas y otras casi se nos pasa: ¡menos mal que nos ha avisado nuestra abuelita humana por parte de humana! Y es que, en estos tiempos que corren tan raudos y veloces, es importante detenernos de vez en cuando para celebrar y compartir con todos nuestros seres queridos los momentos buenos y las cosas alegres que tiene esta vida. Así que, desde aquí, deseamos que Vevita pase un día genial y le enviamos a la benjamina de nuestra familia un enorme...

¡¡¡FELICIDADES!!!

Aprovechamos para dejaros, de paso, esta foto de la cumpleañosa, para que veáis lo locuela que está: ¡si es que hasta boca abajo está guapetona nuestra piccola gatita romana!

lunes, 16 de marzo de 2009

La siesta de Salem

El domingo, mi tío humano celebró su cumpleaños: ya son 28, ni uno más ni uno menos (Ejem, ejem...) El caso es que mi humana aprovechó la ocasión para hacerle esta foto a Salem, nuestro primo melenudo, que pasó olímpicamente de la fiesta y se echó una larga siesta sobre las chaquetas de los invitados.

jueves, 22 de enero de 2009

Cada gata con su humano

¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando nacieron los pequeñines de Pikachu, pero el otro día caímos en la cuenta de que la pequeña Veva tiene ya algo más de 9 meses. Sin casi darnos cuenta, ha pasado de raspilla vivaracha a hermosa gatita romana de inmensos ojos ámbar. Juguetona, sociable y simpática a más no poder, ha sabido encandilar a todos nuestros humanos, en especial a mi abuelito, su cómplice perfecto de trastadas y diabluras y el compañero ideal de cabezadas y siestas. Con la que no ha hecho tan buenas migas es con la otra gatita de mis abuelitos, Chiqui, con la que el acercamiento y los progresos van piano, piano...

Anoche, precisamente, nos contaron que Vevita, friolera y dormilona como ninguna, busca siempre el calorcito a la hora de irse a la cama en estas largas noches de invierno. ¿Y qué mejor sitio para descansar bien abrigadita que junto a la cálida espalda de su humano favorito? Parece ser que a esta pequeñaja le encanta acurrucarse al lado de mi abuelito, arroparse bien y apoyar la cabeza en la almohada, cual una personita peludilla y con bigotes. ¡Si es que cada gato es un mundo! Compartir la cama de los abuelitos con Vevita no es que haga mucha gracia a la buena de Chiqui, aunque como ella prefiere apoyarse en mi abuelita, todo queda aparentemente resuelto... Se cumple así el lema de este dúo felino que, traducido a palabras, debe ser algo así como: "Cada gata con su humano". Y que conste que los pacientes sufridores de este reparto nocturno no son otros que mis abuelitos, que van a acabar con las espaldas hechas un cuatro al tratar de no moverse demasiado para que las fierecillas no se despierten y se desate una batalla campal en mitad de la noche. Y es que las treguas gatunas traen consigo este tipo de cosas... ¡Pero esa, ya, es otra historia!

lunes, 7 de julio de 2008

¡Estamos de cumpleaños!

Pues eso, que en casa estamos de cumpleaños y por partida doble. Por eso, lo primero que tengo que hacer es felicitar a Chiqui, la gata de mis abuelitos humanos, pues ella nació en la noche del 6 al 7 de julio de hace tres años. ¡Esperamos que pase un día muy especial!

El otro cumpleaños de la jornada es... ¡el mío! Bueno, en realidad no estamos seguros de cuándo nací (ya os conté como mis humanos me conocieron en un albergue...) pero el veterinario calculó que mi fecha de nacimiento debía oscilar entre el 1 y el 15 de julio. Así que, con permiso de Chiqui, hemos decidido que mi cumpleaños quede fijado el 7 de julio. ¡Y esto quiere decir que hoy he cumplido cuatro añazos! ¡Ay, cómo corre el tiempo! Ya veremos qué tal pasamos la jornada, aunque la verdad es que con el calorazo que estamos padeciendo, no tenemos el cuerpo para demasiadas juergas. Eso sí, seguro que alguna sorpresa me tienen preparada. ¡Pues buenos son mis humanos para dejar pasar una fecha como esta! Pero ¿y si se olvidan? Ay, no sé... Creo que voy a ir a armar un poco de jaleo para que se percaten de mi cumpleañosa presencia y se decidan a agasajarme como me merezco, ejem, ejem...

Pero no os dejo sin antes felicitar a todos los que, como Chiqui y como yo celebren hoy su cumpleaños. Y aquellos que no lo celebréis hoy, no os preocupéis: también felicito a todos los que estén disfrutando de su no-cumpleaños, porque lo importante es encontrar cualquier motivo que convierta cada día en un día especial.

sábado, 3 de mayo de 2008

Los peques ya tienen un mes...

Os dejo unas fotos para que veáis lo que han crecido los peques en su primer mes de vida. Mi humana dice que se están convirtiendo en unos gatitos preciosos y que tienen unas barrigotas 100% achuchables.





A partir de la semana que viene, los enanillos empezarán a marcharse con sus nuevas familias humanas. Bueno, se irán todos menos una pequeñaja pillina que se quedará en casa de mis abuelitos humanos. Se va a llamar Veva y es la más traviesilla de la camada. ¡Así que os presento oficialmente al nuevo miembro de nuestra familia gatuna!

viernes, 25 de abril de 2008

Cuatro pequeñines

Pues resulta que tenemos a cuatro fierecillas buscando familia en la zona de Alicante. Aunque todavía son muy chiquitines, porque nacieron a principios de abril, creemos que ha llegado el momento de que empiecen a mostrar sus múltiples encantos al mundo. Aún no se distingue bien si son chicos o chicas, pero os dejamos algunas fotos de estos enanillos para que veáis al menos lo guapísimos que son.

¡Mirad qué ojitos! Están diciendo: "Llevadme a casa"...

Como veis, hay dos tigrecillos, uno gris y otro blanco y negro. Si alguien al verlos se ha enamorado y decide asumir la responsabilidad de compartir su vida con alguno de estos cachorros, que llame al teléfono de contacto. ¡Os aseguro que no se arrepentirá!

martes, 22 de enero de 2008

Pikachu o la libertad

En esta ocasión os voy a hablar de una gata singular a la que no conozco más que por sus fotos pero de la que he oído hablar en innumerables ocasiones: se llama Pikachu, nombre que le impuso casi con calzador mi tío humano por parte de humana (porque mira que es feo el nombre para una gata tan guapa...) Por eso, mi abuelita humana prefiere llamarle Niña. Vive en el taller de mis abuelitos humanos y según me cuentan, es la mar de feliz. Hace ya varios años, llegó al barrio y algo debió gustarle porque decidió quedarse. Cuando mis humanos la conocieron era bastante joven y venía preñada. Poco a poco fue tomando confianza y se hizo querer, convirtiéndose pronto en la reina de la calle. Es uno de esos gatos que es doméstico cuando quiere y que disfruta de libre acceso al exterior, privilegio del que, todo hay que decirlo, cada vez abusa menos. Chiqui y Noa son hijas de esta gata tan especial que es la prueba irrefutable de que los gatos están y permanecen allí donde les da la gana. Porque, entendámoslo bien, la libertad para todos los gatos no es vivir en la calle, la libertad a veces es deambular hasta encontrar ese lugar en el que te quieren y decidir quedarte. Y en ese sentido, Pikachu es la gata más libre del mundo.

Por cierto, la enanilla blanca que sale en la foto junto a la orgullosa mamá gata es Noa recién nacida. ¡Si es que ha sido una adicta a la leche desde que nació!

miércoles, 19 de diciembre de 2007

¡Salem está mejor!

¡Menuda cabeza la mía! Ayer os estuve hablando de enfermos y se me olvidó comentaros una buena noticia: ¡el tío Salem está mucho mejor! Sus analíticas ya son prácticamente normales. Y eso es genial, porque lo de estar pachucho no es nada agradable: te sientes mal, tus humanos se preocupan, te llevan al veterinario, te pinchan, te dan medicinas,... ¡Puaj, un horror! Ahora sólo es necesario que el paciente siga una dieta bastante estricta para lograr que la recuperación sea completa... Salem, amigo, siento que no puedas disfrutar de las golosinas navideñas, pero anímate, que yo, para compensar, haré un soberano esfuerzo y comeré langostinos por los dos. Todo sea por ayudarte... Ejem, ejem...

viernes, 14 de diciembre de 2007

Chiqui

El otro día comencé a presentaros a los miembros gatunos de mi familia y, siguiendo con esta labor, hoy le toca el turno a Chiqui, una hermana mayor de Noa (entiéndase de una camada anterior) que vive como gata única con mis abuelitos humanos por parte de humana (¡Los árboles genealógicos gatuno-humanos a veces son la mar de complicados!) Comparte con ellos un piso amplio con patio y terraza: vamos, que espacio no le falta. Esta linda gatita luce en su pelaje un estampado modelo vaquita, con sus manchas negras sobre blanco y, a pesar de ser de tamaño pequeño (puede que de ahí venga su nombre), tiene una energía imparable, siempre saltando de acá para allá. ¡No está quieta ni cuando duerme! Al margen de sus propios genes, que la convierten en una gata un pelín hiperactiva, es el entrenamiento que recibe cada noche con ayuda de mi abuelito humano el que intensifica esa actitud juguetona e incansable... ¡Os aseguro que con ese método gimnástico cualquiera mantiene la línea! En cuanto a su carácter, según mi modesta opinión, es una gata buena pero bastante gruñona: que me lo digan a mí, que el día que nos conocimos ¡no paró de bufarme! Eso sí, si le dejas un poco de tiempo, se le pasa la mala leche, aunque como la primera impresión es la que cuenta, ¡esta gatina te deja marcado para siempre!

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Salem

Aunque yo convivo en mi piso solamente con Noa (y eso ya es más que suficiente...), mi familia gatuna es mucho más extensa y la mar de variopinta. Hoy empezaré hablando del tío Salem, un persa de color negro, grandote y mullidito que vive con el hermano de mi humana y su mujer. Llegó a nuestra familia hace más o menos seis años, cuando mi tío humano vio como un hombre lo llevaba a hacer ese "viaje" espantoso del que muchos gatos no regresan (esto sí que da miedo...) Y como mi tío humano tiene muy buen corazón, decidió que a partir de ese momento aquel gatito viviría con él. Según me han contado, la historia de Salem es parecida a la del protagonista de un cuento titulado El Patito Feo, porque cuando lo recogieron era un gato poco agraciado, todo flacucho y despeluchado que, pasito a pasito, fue mejorando hasta alcanzar la buena planta que presenta en la actualidad (que conste que el guapo de la familia sigo siendo yo, ¿eh?) En alguna ocasión he coincidido con él y debo decir que es un poco miedica: cuando hay reunión gatuna, siempre termina escondido debajo de la cama y sin querer saber nada de nadie. ¡Manías de gato único! Desde hace unas semanas el tío Salem está malito: mis humanos dicen que padece algo que se llama FUS y que ya están cuidándole mucho para que se ponga bueno lo antes posible. Esperemos que pronto tengamos buenas noticias.



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