La mantita de Elmo

Ayer, mis abuelitos y mis tíos por parte de humana vinieron a visitar a Elmo. Los abuelos ya habían conocido al enano pero mis tíos sólo le habían visto en foto y, después de casi tres meses viviendo en casa y de casi dos meses desde su adopción, había llegado la hora de hacer su presentación en sociedad. Debo reconocer que, para lo miedoso que es con los desconocidos, se portó bastante bien, aunque no me gustó nada que me arrebatase el protagonismo durante un breve instante... Eso sí, en un santiamén me hice de nuevo con el control de la situación, admirando como siempre a todos los presentes con mi saber estar y mi simpatía.

El caso es que nuestra abuelita por parte de humana le trajo un regalo muy especial al rubiales: una colorida mantita tejida por ella misma. Yo tengo otra, que hizo especialmente para mí hace algún tiempo, pero no pude dejar de sentir el cosquilleo de los celos al comprobar lo bonita y vistosa que es la de Elmo... Menos mal que la nueva manta está colocada en el sofá del salón y que podré arroparme con ella siempre que quiera. Porque ya se sabe que: "Lo tuyo es mío y lo mío es mío" (Ejem, ejem...) Eso quiere decir que la mantita de Elmo, la de Noa y las de mis humanos son mías, aunque la mía es sólo mía. Mmmmm... Tendré que vigilar que nadie la use mientras yo uso las de los demás... Pero, tranquilos, que ya se me ocurrirá algo.

Y vosotros, queridos lectores: ¿tenéis vuestra propia manta o sabanita? ¿Os gusta arroparos con ella? ¡No dejéis de contárnoslo!