Hace algún tiempo dedicamos una entrada de nuestra Gatera y un montón de fotografías a la extraña atracción que siente Noa desde chiquitina por los zapatos, sandalias, chanclas y alpargatas y hoy volvemos a traer el tema a colación porque parece ser que esta manía es contagiosa: resulta que hemos descubierto que nuestro Elmo es víctima del mismo vicio que Noíta, sintiendo en su caso una obsesión especial por las zapatillas de andar por casa. Hasta aquí todo podría considerarse más o menos normal pero el problema radica en que el pequeño rubiales no es tan delicado como la dulce Noa a la hora de tratar con el calzado de nuestros humanos y a las pruebas nos remitimos...
Ojalá pudiéramos deciros que ningún zapato sufrió daños durante la realización de este reportaje pero lamentablemente el ejemplar que aparece en la foto y un par más de los que no tenemos imágenes han quedado bastante perjudicados tras los frenéticos ataques del pequeñajo, que ha pasado a convertirse por méritos propios en el terror de las zapatillas (Ejem, ejem...)
Este sapato é lindo e aqui em casa quem adora brincar com sapatos é minha irmã Dhórys.
ResponderEliminarjejeje pues te contaré que Súper hace lo mismo pero con las toallas, ninguna que caiga en su poder se salva, ya os imaginareis como queda...
ResponderEliminarEn cuanto a calzado, las zapatillas de deporte son sus favoritas.
Cariños
Ro
Qué preciosas zapatillas, a mamá le han gustado mucho.
ResponderEliminarSabéis una cosa... jiji, yo de quitina deboraba las zapatillas como Elmo, pero ya se me ha pasado.
Ronroneos,
Luna
quise decir de chiquitina.
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