Los momentos previos al salto de un gato están compuestos por una completa coreografía de movimientos, señales y gestos inconfundibles que son dignos de disfrutar: esa postura agazapada, ese movimiento de trasero, ese vaivén de la cola, ese impulso con las patas de atrás, ese gesto temerario en la cara que nos indica que ya no hay vuelta atrás... La cosa se torna más interesante cuando el salto requiere de puntería certera por ser el objetivo de nuestro impulso entrar con un único movimiento en algún sitio (entiéndase una caja, una bolsa o cualquier objeto pequeño de similares características)
En la foto podéis admirar a Elmo preparando su entrada triunfal en nuestro cubo rojo (y digo nuestro porque en origen fue mío, aunque debo reconocer que el que más lo utiliza ahora es nuestro piratilla particular) Reconoceréis enseguida que nuestro humano ha conseguido congelar en el tiempo ese instante previo al impulso definitivo en el que Elmito calculaba con precisión la distancia hasta su objetivo: su pose y su expresión no dejan lugar a dudas. Lo que no podemos deciros, por carecer de pruebas gráficas, es si el rubiales consiguió entrar de un salto en el cubo o fracasó en el intento. Aunque estamos convencidos de que, con lo cabezota que es, si no lo consiguió a la primera, seguro que volvió a intentarlo.
En la foto podéis admirar a Elmo preparando su entrada triunfal en nuestro cubo rojo (y digo nuestro porque en origen fue mío, aunque debo reconocer que el que más lo utiliza ahora es nuestro piratilla particular) Reconoceréis enseguida que nuestro humano ha conseguido congelar en el tiempo ese instante previo al impulso definitivo en el que Elmito calculaba con precisión la distancia hasta su objetivo: su pose y su expresión no dejan lugar a dudas. Lo que no podemos deciros, por carecer de pruebas gráficas, es si el rubiales consiguió entrar de un salto en el cubo o fracasó en el intento. Aunque estamos convencidos de que, con lo cabezota que es, si no lo consiguió a la primera, seguro que volvió a intentarlo.
Y vosotros, queridos lectores: ¿sois buenos saltadores? ¿Tenéis buena puntería? ¡No dejéis de contárnoslo!

Demostrando una vez más que los gatos nos hemos ganado a pulso un lugar privilegiado entre los tejados y azoteas de nuestras ciudades y pueblos, hoy venimos a mostraros, queridos lectores, una nueva veleta felina que sorprendió a mis humanos no ha mucho en una casa de campo próxima a Elche.
Hoy, queridos lectores, vengo a presentaros uno de los libros de los que hemos disfrutado en casa durante nuestras recientes vacaciones. Se trata de un sueño solidario y a todo color, obra de nuestro amigo 






Me llamo Rumbo y soy un gato urbanita que comparte sus experiencias cotidianas y sus reflexiones felinas con todo aquel que quiera leerlas. ¿Os animáis?







