Apenas arranca junio y ya tenemos muchas cosas que celebrar. Y es que con la llegada del nuevo mes se cumple un año desde que el piratilla naranja entró en nuestras vidas. A nuestra casa no llegó hasta mitad de julio porque venía en tan malas condiciones que pasó más de un mes y medio en la clínica veterinaria. Pero nuestra vida empezó a cambiar en realidad, aunque fuese sin saberlo, ese primer día de junio de 2009 en el que mis humanos decidieron ayudar un poco a ese chiquitajo enfermo que no lo estaba pasando nada bien. Menos mal que eso ya es el pasado y la salud de Elmo a fecha de hoy es bastante buena porque os aseguro que nuestra casa no sería la misma sin él. Ya sé que se trata de un compañero travieso, hiperactivo y un poco marimandón, que no nos deja en paz ni a sol ni a sombra y que a Noa y a mí nos saca muchas veces de quicio. Pero nadie es perfecto, ¿o no? (En la foto podéis ver a Elmo el verano pasado cuando era un canijo y se pasaba horas en el regazo de mi humana. ¡Qué tiempos!)
Por si esto fuera poco, el 1 de junio es también el cumpleaños del tío Salem: 8 años le han caído al melenudo de la familia, que luce ya con estilo su necesario corte de verano. Y el día 2 es el santo de Elmo, que es el único gato de casa cuyo nombre aparece recogido en el extensísimo y a veces jocoso santoral oficial. Así que como veis el sexto mes del año, consagrado originariamente a la diosa Juno, empieza pisando fuerte. ¡Ya veremos cómo termina!
Qué color de pelo tan bonito tiene Elmo, a mí la vuelve loca.
ResponderEliminarPues nos alegramos muchísimo de que Elmito goce de una salud buena y que haya encontrado una gran familia como es la vuestra.
Ronroneos.