Y de nuevo, chequeo...

El jueves tuve que volver al veterinario. Nuevo chequeo, nuevo análisis: todo rutinario, no os alarméis, que como dice nuestra humana son las cosas de cumplir años. Lo peor, como siempre, la noche de ayuno y... bueno... quizá... el rato en la sala de espera de la clínica rodeado de perros. Y es que son cotillas y escandalosos: se asoman a mi transportín para olerme y ladran como si les fuera la vida en ello. ¿Cómo explicarles que no estoy sordo? Había en concreto uno chato que respiraba roncando tan fuerte que daba miedo y otro pequeño y peludo que se puso a lloriquear nada más entrar. Sin duda, queridos lectores, todo un show para un gato como yo que no ha conocido más canes que aquellos con los que compartí albergue antes de que me adoptaran y de eso hace taaaanto...

Después de la espera en el camarote de los perretes Marx, la visita fue bien: revisión general, auscultación de corazón, pesaje, pelada de pata y extracción de sangre. Y así, después del estrés llegó la calma y en casa nos hemos tomado un largo finde de relax, que entre unas cosas y otras nos lo hemos ganado. A ver si desde el laboratorio nos dan buenas noticias y podemos celebrarlo por todo lo alto, aunque la incertidumbre ante los resultados ya es otra historia...

Foto mientras pensaba: "Como esperen que salga voluntariamente van listos..."

Ronroneos y ¿qué tal si para hacer más llevaderos los calores de este intenso verano nos contáis cómo os lleváis vosotros con el sector canino de la vida? ¿Convivís con perros o sólo coincidís con ellos en el vete? ¡No dejéis de contarnos!

---

29/07/2015: Editamos el post porque ya tenemos los resultados de los análisis y, aunque aún no estoy como una rosa, parece que las cosas van por buen camino. ¿Lo mejor? Que aunque seguiré a dieta no me toca pinchacete hasta principios de octubre. ¡Bieeeeeeen!