Ayer al mediodía, mientras estaba yo remoloneando un poco entre el último sueño matutino y la primera siestecita de la tarde, llegó mi humano de la calle la mar de ufano. El caso es que traía una bolsa y, nada más entrar en casa, le dijo a mi humana que había comprado ¡UN RATÓN! Al escuchar esto, todo mi cuerpecito entró en tensión y pensé: "¡Bien! ¡Un nuevo ratón de peluche para jugar! ¡Y eso que aún falta más de una semana para mi cumpleaños!" Así que, ni corto ni perezoso, me acerqué trotando alegre a frotarme contra sus piernas para que mi humano se diese cuenta de que aceptaba sin reparos la dádiva con la que pretendía obsequiarme. Mientras le peloteaba sin disimulo, me imaginaba ya viviendo mi propia aventura y gritando por el pasillo aquella famosa frase de "¡Marditos roedores!", tal y como hacía una y otra vez el Sr. Jinks en su eterna lucha contra los ratones Pixie y Dixie. Pero mi gozo duró poco, pues mis ilusiones se fueron al traste cuando me enseñaron, después de mucho insistir, al ratón de marras. Os estaréis preguntando por qué y la razón es que lo que encontré no fue un mullido juguete, ¡ni mucho menos! El ratón que sacaron de la bolsa fue este:

¡Mardita tecnología y mardita polisemia! Desde que Douglas Engelbart inventó este chisme hace más de 40 años y desde que la RAE aceptó que un ratón, además de un mamífero roedor con cola y pelaje generalmente gris, puede ser también un pequeño aparato conectado a un ordenador para mover el cursor por la pantalla, los gatos debemos estar preparados, porque chascos como el que viví yo ayer se han vuelto bastante habituales. Pero no creáis que las cosas se van a quedar así, que ya he visto dónde han instalado al dichoso ratón y a este roedor cibernético se la tengo yo jurada. Que las caídas son muy malas para esta clase de chismes y si, pasando por su lado, se me resbala una patita y lo empujo sin querer... ¡Pero esa ya será otra historia!




Tal y como os prometimos, aquí os traemos a los gatos más pintorescos, llamativos, simpáticos o elegantes que hemos conseguido localizar entre la multitud de ninots que pueblan durante estos días las calles de Alicante. Con el primero que nos encontramos, después de mucho recorrer, fue con este simpático gato de lazo rosa que, acomodado en un banco, observa distante a la gente que le admira. Se encuentra, para aquellos a los que les interese, formando parte del monumento mayor de la Hoguera Pont la Vilavella, ubicada en las inmediaciones del Mercado Central.
El tiempo iba pasando y no aparecía ningún otro gato a pesar de las pesquisas de mis humanos, dejándonos preocupados esta falta de felinidad en las hogueras de este año... Pero, por fin, nuestra mala racha terminó anoche, cuando nos topamos con este peculiar minino volador en uno de los monumentos oficiales de la ciudad. Como veis, el pobre está en pleno salto porque algún estruendoso petardo, de esos que no paran de explotar estos días a lo largo y ancho de Alicante, ha debido darle un buen susto.
Tras este sobresaltado gato, residente en la Hoguera Infantil del Ayuntamiento, la sequía felina llegó a su fin y fueron varios los mininos que se cruzaron en el camino de mis humanos, aunque, sin lugar a dudas, la composición más gatuna que encontraron fue la de la plaza de Santa María, una pequeña hoguera situada junto al Ayuntamiento que les deslumbró y deleitó gracias a la felina musa que ha inspirado al artista. La simpatía del gatito vestido cual humano bebiendo de una bota o la picardía del minino negro que caminaba entre un escenario fantástico en la Hoguera Infantil les hicieron sonreír. 
Pero lo que, literalmente, dejó a mis reporteros con la boca bien abierta fue el maravilloso remate de la Hoguera Mayor de esta plaza, que brillaba con la elegancia y presencia que sólo una pareja de maravillosos gatos podría dar a una composición que se ha alzado este año con el primer premio de las hogueras de Tercera categoría y que, para nosotros, es el monumento más felino de todo el 2009.

Ya de regreso, con la sensación de que la noche había sido todo un éxito, mis humanos se tropezaron con este gato cazador persiguiendo ratones en la Hoguera Infantil Plaza Galicia, y, como no, tomaron esta foto para poder mostrársela a todos nuestros lectores.
¡Ya llegó el verano! Y, coincidiendo con el cambio de estación, en Alicante se celebran por todo lo alto las Hogueras de San Juan. Ese es el motivo por el que ilustramos nuestro homenaje al estío con este arca de Noé tan particular, obra efímera que, junto a otras muchas, adornará, hasta la noche del día 24, algún rincón de la capital alicantina con sus brillantes colores y con la alegría de sus simpáticos ninots. 


Gracias a todos por vuestro apoyo y vuestras palabras de ánimo. ¡Sois la prueba de que merece la pena seguir adelante! Así que démosle un buen mordisco a la desgana y al aburrimiento y, con energías renovadas, iniciemos este mes de junio en La Gatera.





Me llamo Rumbo y soy un gato urbanita que comparte sus experiencias cotidianas y sus reflexiones felinas con todo aquel que quiera leerlas. ¿Os animáis?







