Pues, como podréis comprobar, de radiografías va nuestra encuesta del mes de marzo y es que el lunes tuve que padecer en mis propias carnes la incómoda pose bajo los rayos X. Este nuevo trance en la clínica veterinaria (del que ya os hablaré largo y tendido más adelante) me ha llevado a plantearme cuántos de nosotros, queridos lectores de cuatro patas, hemos pasado por la ingrata experiencia de ser radiografiados y de ahí la pregunta que os planteamos: ¿os han hecho alguna radiografía?
Ya sea por un hueso roto, por sospecha de ingesta de objetos extraños o por cualquier tipo de lesión interna, decidnos si alguna vez vuestros veterinarios han necesitado tomar una imagen de vuestras interioridades para diagnosticaros. Las respuestas entre las que podréis elegir la vuestra en esta ocasión son simplemente Sí o No, porque no creemos que haya lugar para las dudas o titubeos. Así que mucho ánimo y a participar, que elegir respuesta para esta pregunta es la mar de sencillo y cuantos más votos recojamos, más interesantes serán los resultados. Ni que decir tiene que agradeceremos muchísimo cualquier comentario que acompañe a vuestros votos, aunque eso ya depende de vuestras ganas de confesar (Ejem, ejem...)
NOTA: Podréis encontrar el cuestionario de nuestra encuesta en la columna de la derecha. Y no os olvidéis de que, para que vuestro voto sea efectivo, tenéis que elegir la respuesta y pinchar en el botón en el que pone Voto. Como en otras ocasiones, será posible elegir varias respuestas simultáneamente para que puedan quedar reflejadas las distintas opciones presentes entre los miembros de cada familia.
Me llamo Rumbo y soy un gato urbanita que comparte sus experiencias cotidianas y sus reflexiones felinas con todo aquel que quiera leerlas. ¿Os animáis?
Hoy por hoy, ninguno de mis pequeños ha necesitado radiografías. Hago votos por que su saud siempre sea optima.
ResponderEliminarAbrazos
Ro
¿Y a tí por qué te han hecho una radiografía Rumbete? A mí sí me hicieron una de más pequeño, porque no dejaba de vomitar con sangre y finalmente resultó ser un hueso que me tragué estando aún en la calle. Fué de recien llegado a casa.
ResponderEliminarRonroneos
¿Y eso? ¿Qué pasó?
ResponderEliminarPasar, pasar, no me ha pasado nada pero últimamente mis humanos venían notando que cada vez estaba menos activo, algo cojo y más gruñón. Así que me llevaron al vete, me exploraron, me hicieron unas placas y ¡voilá!: resulta que tengo artrosis en la zona dorsal de la columna y en la cadera. ¿Qué os parece? ¡A mis años y con achaques propios de la vejez!
ResponderEliminar