C'est la vie!

Entre sonrisas y lágrimas se nos ha ido ya la primera quincena de enero casi sin sentirlo, jalonada por acontecimientos felices como el octavo aniversario de mi llegada desde el albergue y otros más tristes como el adiós que hemos dicho durante estas primeras semanas del año a más de un amigo... Y es que la vida, curiosa, sorprendente, impredecible, es ese colorido tapiz que crece día a día entretejiendo las alegrías y las penas propias con las de los demás y cuyo tono depende en gran medida de la actitud de cada uno.  C'est la vie! Y así va a continuar siendo, para bien o para mal. Pero conste que no pretendemos afligir a nadie con nuestras palabras sino todo lo contrario. Y es que últimamente nos da en los bigotes que el ánimo general está más bien de capa caída. Y por eso aprovechamos esta entrada para proponeros que demos un paso hacia delante y que compartamos algunas de esas cosas buenas que también forman parte del día a día. 

En esa línea positiva, a nosotros se nos ha ocurrido presentar en sociedad a nuestro gato-coche, un simpático juguete que llegó a casa no hace mucho tiempo y que desde entonces rueda por aquí. En nuestra opinión simboliza a la perfección las ganas que tenemos de seguir adelante sin que nadie nos detenga, sirviéndonos de paso como vivaz invitación para que también vosotros, queridos lectores, exterioricéis y compartáis vuestro lado más optimista. ¿Se os ocurre algún comentario cargado de entusiasmo? ¿Algún ronroneo jovial y alentador? ¿Queréis compartir algún pensamiento lleno de ilusión? ¡Pues a escribir se ha dicho, que entre todos seguro que conseguimos iluminar el momento!

Y tened en cuenta que si en el mundo real las cosas se tuercen demasiado, siempre nos quedará la blogosfera, espacio alternativo y mejorado en el que los gatos por fin hemos tomado la palabra...