Entre col y col...

Reza el refranero popular que Entre col y col, ¡lechuga! Y estaréis conmigo en que si algo así se cumple con las humildes berzas ¡a saber los tesoros que pueden esconderse entre todas las verduras de una caja como la de la foto que os enseñamos! Y conste que esto lo dice un trío de carnívoros estrictos a los que las zanahorias, la remolacha, la cebolla y las berenjenas no les suelen hacer gracia más allá de revolver un rato entre ellas para disgusto de nuestros humanos (Ejem, ejem...) Aunque si de sincerarnos se trata, lo cierto es que algunos escarceos eventuales con la dieta vegetal sí que hemos tenido: yo, por ejemplo, con las jugosas olivas y Elmo, con el maíz dulce. Noa, que está hecha de otra pasta, se resiste, que sepamos, a los encantos de las hortalizas pero ¿quién sabe hasta cuando? Quizá algún día le dé por pegarle un bocadito a un rábano o a un espárrago y nos deje patidifusos a todos. Pero estaréis con nosotros, queridos lectores, en que esa ya será otra historia...

Dicho lo cual, aceptamos confesiones de felinos con tendencias hacia la dieta vegetariana: ¿algún adicto entre nuestros lectores gatunos a la calabaza, el tomate, la escarola, la alcachofa, las espinacas o los pimientos? ¿Crudos? ¿A la plancha? ¿En conserva? ¿O quizá os hace más tilín la familia de las frutas? Sea como sea, amigos, este es vuestro momento. ¿Os animáis a comentar?