Hoy queremos compartir con vosotros, queridos lectores, el fragmento de un mural que bien podría quedar incluido dentro de esa corriente futurista-macabra que auna a muchas de las obras urbanas que jalonan las paredes y puertas de nuestras ciudades. Esta pintura, en concreto, llamó nuestra atención por contar entre sus personajes con un gato, pero no con uno cualquiera, sino con un ejemplar de raza muy conocida pero no demasiado habitual en nuestras casas. Se trata, como podéis comprobar en las fotos, de un sphinx, ese felino sin pelo cuya efigie dejará con la boca abierta, cuanto menos, a aquellos que no lo conozcan aún.
Este gato de relampagueantes ojos amarillos, acompañado en su descanso por una desconcertante geisha calavérica de estilizados tentáculos, se encuentra ubicado a las afueras de la ciudad de Alicante, en uno de los canales próximos a la depuradora. La obra aparece firmada por un tal Azuka, autor del que no podemos contaros nada más pero cuyo cuidado por los detalles, juego con las sombras y manejo del color nos ha ayudado a disfrutar de una escena que permanecerá prácticamente oculta a pesar de su delicada y diestra factura.
No se como sacas el nombre del autor, yo no entiendo nada.
ResponderEliminar¿Eres grafitero?
(Jejejejjejje)
Mira que eres observador!!
ResponderEliminarCuriosa estampa, sí señor ;)
ResponderEliminarLo que está claro es que los gatos estamos en todas partes, ¡muahahahá!
Pues sí, otra cosa no, pero observadores en casa somos un rato.
ResponderEliminarY respondiendo a tu pregunta, querido Zar, debemos confesar que no somos grafiteros, aunque admiramos el arte urbano allá donde enriquece y no perjudica a nadie.
Curioso! Aunque ese gatito da un poco de miedo, jijiji.
ResponderEliminarRonroneos.