Me llamo Mara...

¿Por qué me llamo Mara?

Hoy queremos contaros la historia de Mara, una gata muy especial que fue adoptada en 2012 por sus humanos para hacer compañía a su hermana gatuna Aisha. Pronto todos quedaron prendados de la recién llegada y el amor y la armonía se instalaron en su hogar porque ¿qué más se podía pedir? Pero, por desgracia y tras dos años de felicidad absoluta, el destino deparaba a esta joven familia una terrible desgracia. Y es que Mara, la niña de sus ojos, se puso enferma y el diagnostico no pudo ser peor: la peque tenía un riñón atrofiado de nacimiento y cáncer en avanzado estado en el otro... Mara se iba y no se podía hacer nada más que evitarle sufrimiento...

Pero las ganas de vivir de Mara a pesar de su dolencia se impusieron a la fatalidad y hoy por hoy esta gata maravillosa sigue disfrutando de la vida en compañía de los suyos y mientras las fuerzas se lo permitan. Juntos luchan por arañarle a los hados unos meses, unos días, unas horas, pero siempre con ella, siempre a su lado entonando un carpe diem con tintes ronroneantes... Su carácter especial, casi mágico, hizo que sus humanos decidieran hace tiempo que, si tenían una hija, la llamarían Mara en su honor e inspiró a su humano la idea y el proyecto de escribir un cuento que sirviera para ayudar y dar amor a los demás.

La auténtica Mara revisando concienzudamente su cuento...

Con un sesgo educativo y solidario y a beneficio de asociaciones protectoras como 7 Vidas Bizkaia, Felinos Bilbao, Amigos del Perro y Animales de Oriente, la historia de esta gata vio la luz como la página web Me llamo Mara hace un par de semanas y como un precioso libro ilustrado (en formato tradicional y de e-book) a principios de esta. Desde nuestra Gatera esperamos de corazón que os animéis a visitar su espacio para conocer más detalles de esta emocionante historia y que el cuento se convierta pronto como poco en un best beller mundial, porque estaréis con nosotros en que ya va siendo hora de que la ternura y el cariño toquen nuestros corazones y nos recuerden lo que es el auténtico amor, aunque en este caso tenga mirada y bigotes de gata.

Simplemente, Mara...

Antes de terminar nuestra entrada, sólo queríamos incluir unas palabras de ánimo para Mara y para su familia: porque sois grandes, porque admiramos vuestra entereza y porque no debéis olvidar que los perros y los gatos nunca mueren... Así, disfrutad de la vida como sólo la gente buena es capaz de hacerlo y siempre, siempre, con ella... ¡Siempre con Mara!