Los gatos de las vías

Hace unos días, mi abuelito humano por parte de humana nos dio aviso de la existencia de un mural felino en la zona de las vías del ferrocarril, en la trasera de uno de los centros comerciales de Alicante. Mi abuelita humana, intrigada por el descubrimiento, se acercó con él a verlo y nos dijo que era una composición impresionante, pero que, lamentablemente, a causa de la habitual superposición de obras de distintos artistas urbanos en un mismo muro, algunos detalles estaban completamente perdidos. Por ese motivo, mis humanos se han acercado hoy mismo, cámara en mano, al lugar en el que moran estos gatos y la verdad es que lo que han encontrado ha merecido la pena. Y si no me creéis, juzgadlo vosotros mismos a partir de las fotos de los dos grupos que aún se conservan casi intactos.

Lo cierto es que debió ser un mural de gran formato digno de admirar, aunque algunas zonas están ya cubiertas por otros grafitis y jamás podremos volver a disfrutar de él con toda su fuerza. Pero los detalles que aún están a la luz son magníficos, resaltando, especialmente, la intensidad de los ojos verdes, ámbar y azules de los tres gatos negros y la expresión desafiante del gato de la cara blanca, retratado mientras engulle con gusto a un desdichado ratón.

Puede que, con el tiempo, este mural esté condenado, como tantos otros, a desaparecer por completo, pero, gracias a estas fotografías, por lo menos conservaremos una prueba que alimente el recuerdo de que estos feroces y hermosos gatos fueron mudos pero maravillosos testigos del paso de innumerables trenes con origen o destino en la estación alicantina.