viernes, 27 de agosto de 2010

Rascadores de cartón

Si hay algo que preocupa seriamente a muchos de nuestros humanos es el hecho de que, en ocasiones, los gatitos domésticos afilemos nuestras uñas en lugares poco apropiados. De esta manera, un sofá, una mesa, una alfombra, una puerta o cualquier otro enser puede convertirse en blanco de nuestras garras y en motivo de disgusto para los habitantes bípedos de la casa.

En relación a este delicado tema, lo que debe quedar bien claro es que afilar las uñas es una necesidad felina y no una táctica premeditada para fastidiar. El caso es que, además de mantener nuestras garras a punto, con las marcas que dejamos estamos reclamando como propio el objeto en cuestión y, junto a él, el territorio circundante, utilizando para ello señales visuales (los arañazos propiamente dichos) y odoríferas (a través de unas glándulas que poseemos entre los dedos y que impregnan cada mueble u objeto arañado con un determinado olor) Como veis, es nuestra naturaleza felina la que nos impulsa a rascar, siendo vosotros, queridos lectores humanos, los encargados de proporcionarnos elementos adecuados para hacerlo si no queréis que elijamos para ello cualquier mueble de la casa.

Este es el motivo por el que en un hogar con gato no debe faltar al menos un rascador. En el mercado podréis encontrar de muchos tipos: sencillas alfombras, auténticos árboles, torres hasta el techo, para colgar de la pared, para cubrir esquinas, etc. Y es que todo vale a la hora de rascar. Una vez comprados, muchos humanos se quejan de que el gato sigue rascando en lugares indebidos y es que el secreto del éxito de este tipo de estructuras radica en el lugar elegido para ubicarlas: deben estar allí donde el gato pase más tiempo, evitando la tendencia a esconderlos. Y, por supuesto, hay que dar tiempo a los felinos para acostumbrarse al nuevo cachivache.

Los rascadores más habituales son los forrados con tela de peluche, cuerda o sisal pero nosotros queremos hablaros hoy de otros mucho menos pretenciosos pero bastante atractivos a los ojos felinos: los rascadores de cartón. Se trata de plataformas exentas, planas o con forma (de ola, de diván, de sofá, etc) hechas a base de capas de cartón prensado que se colocan en el suelo y que permiten a los gatos arañar o, simplemente, tumbarse encima (En la primera foto podéis verme precisamente testando en persona la comodidad de uno de estos rascadores mientras me documentaba para esta entrada. En la segunda, a Elmo controlando de cerca la calidad de los distintos modelos que hemos recibido en los últimos días) A nosotros tres nos encantan y son una opción económica (la mayoría entre 3€ y 12€, dependiendo del tamaño y de la forma), ecológica (una vez destrozados, se pueden reciclar en el contenedor de papel) y fáciles de conseguir (disponibles en cualquier tienda de animales física u on-line) para proporcionar a los felinos domésticos un sitio extra en el que afilar sus uñas.


No me gustaría cerrar esta entrada sin haceros reflexionar sobre algo que a pripori parece obvio: todo gato nace con uñas porque las necesita en su día a día, siendo la desungulación o extirpación quirúrgica de las mismas una mutilación y una barbaridad totalmente innecesaria que resta calidad de vida (cuando no se la arruina por completo) a los gatos que pasan por ese trance. Este es el motivo por el que, antes de decidiros a convivir con un felino, es importante que os detengáis a pensar y barajéis los pros y los contras. Si durante este balance os dais cuenta de que para vosotros vale más un sofá impoluto que las uñas del gato, estad seguros de que, a pesar de la cantidad de rascadores disponibles en el mercado, no estáis preparados en absoluto para la vida gatuna.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Cuántas uñas tiene un gato?

No sabemos muy bien cómo pero hace unos días Elmo se arrancó una uña. Colocando los cojines del sofá, mi humana encontró los restos del incidente e inmediatamente empezó a inspeccionar cuál de nosotros tres había perdido una de sus garras. Noa y yo las conservábamos todas pero no podemos decir lo mismo de Elmito, a quien le faltaba una de sus uñas de la pata posterior derecha. Siendo este un accidente no demasiado atípico entre perros y gatos y como el peque aparentemente estaba bien, nuestra humana decidió en un primer momento dejar que la naturaleza siguiera su curso hasta que una nueva funda de queratina ocupase el lugar de la que Elmo había perdido, supervisando, eso sí, el proceso de cerca por si la cosa se complicaba. Y, ¡cómo no!, la cosa se complicó un poco: al ver que el dedito de Elmo se hinchaba y que yo no dejaba de olerle el pie afectado, la visita al veterinario se hizo indispensable. Y así, el lunes por la tarde Elmito acudió a la clínica, donde le hicieron una buena cura y le recetaron un antibiótico.

El caso es que, a pesar de que nuestra humana nos corta las uñas cada dos semanas, Elmo las tenía muy largas, mucho más de Noa o que yo. Y es que, como en casi todo, para esto de regenerar las garras el pequeñajo es demasiado rápido (Ejem, ejem...) Y ya se sabe que unas uñas largas son más fáciles de enganchar y, por lo tanto, de romper. Sea como sea, el tratamiento y las curas le están yendo a Elmito la mar de bien por lo que muy pronto volverá a lucir su colección de uñas al completo aunque, después de este episodio, la frecuencia de su paticura se volverá, por desgracia para él, prácticamente semanal.

Al hilo de nuestra historia permitidnos que ahora pongamos a prueba vuestros conocimientos felinos, queridos lectores, porque ¿sabéis cuántas uñas tiene un gato? Es fácil, sólo tenéis que sumar las de las patas de delante y las de las patas de detrás. Una ayuda: si no lo sabéis o no os acordáis, siempre podéis usar al gato más cercano como referencia aunque si vuestro modelo es Elmo o algún minino en su misma situación, recordad añadir la uña que le falta...

lunes, 16 de agosto de 2010

Nunca llueve a gusto de todos

Recién terminadas las fiestas de Elche, nuestra valoración es literalmente esa: "Nunca llueve a gusto de todos". Y es que este año hemos tenido unas fiestas de agosto algo pasadas por agua, mala cosa para los humanos festeros pero algo genial para los perros y gatos a los que los ruidosos fuegos artificiales molestan y aterrorizan, llevándoles en ocasiones al borde de un infarto.

De esta manera, Noa, Elmo y yo hemos podido disfrutar de estos días de celebración sin demasiados sobresaltos, incluso de la brillante y otros años archiestruendosa Nit de l'Albà. Sin necesidad de escondernos debajo de ninguna cama o estantería (yo por apoyo moral a mis compañeros, no vayáis a pensar... Ejem, ejem...) y aprovechando al máximo el respiro que las últimas lluvias nos han brindado a mitad de un caluroso verano, afrontamos una segunda quincena de agosto tranquilos y relajados. ¿Qué más se puede pedir? Sea como sea, ser gatos residentes en el levante peninsular tiene su precio y más tarde o más temprano alguna traca, algún petardo, alguna carretilla o algún cohete nos dará un buen susto... ¡Pero esa ya será otra historia!

Y ahora contadnos vosotros, queridos lectores de cuatro patas: ¿Os asustan los fuegos artificiales? ¿Vivís como nosotros en una localidad en la que la pólvora está presente en sus días grandes? ¿Tenéis alguna anécdota relacionada con este tema? ¡No dudéis en contárnoslo!

viernes, 13 de agosto de 2010

Capicúa (de cap y cua)

La palabra capicúa procede de las voces catalanas cap (cabeza) y cua (cola) y todos sabemos que se refiere a aquel número que se lee igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Dejando las cifras de lado, nosotros recurrimos hoy a este término para convertirlo en título de una peculiar vista de Noa en la que podemos apreciar en primer término su cabeza y al fondo, aunque algo desdibujada, su cola. Esperamos, eso sí, que centraros en este alfa y omega gatuno no os impida deteneros un instante al menos en el brillo de los fantásticos y felinos bigotes de la única e inimitable gata de nuestra Gatera.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El golpe de calor

Ya sabemos que las altas temperaturas estivales pueden tener más o menos efecto sobre nosotros y sobre nuestra actividad diaria, queridos lectores de cuatro patas (Precisamente de eso va nuestra encuesta de este mes. ¿Habéis votado ya?) Pero una cosa bien distinta e infinitamente más peligrosa a este frecuente e inocuo aplatanamiento veraniego es lo que conocemos como golpe de calor.

El golpe de calor es una subida rápida e incontrolada de nuestra temperatura corporal que puede acabar con el gato o perro afectado en pocos minutos. Se produce habitualmente en épocas calurosas y con humedad elevada, cumpliéndose precisamente ambos requisitos en verano. El riesgo de ser víctima de esta clase de colapso es aún mayor si nos encontramos en espacios reducidos y mal ventilados como un coche, un balcón o un transportín.

Quizá os resulte curioso pero los perros y los gatos no sudamos más que por las almohadillas de nuestras patas. Así, nosotros utilizamos la respiración y el lamido para regular nuestra temperatura y por ello, cuando tenemos mucho calor, jadeamos y nos lamemos el pelaje. Por desgracia, ni el jadeo ni el lamido son tan eficaces como el sudor a la hora de regularnos y ante una situación extremadamente calurosa es fácil que nuestra temperatura se dispare.

¿Qué síntomas deben dar la voz de alarma? Una temperatura corporal elevada, mucosas oscuras, jadeo excesivo, temblores, descoordinación, tambaleo, pérdida de la consciencia, vómitos, diarrea... Ante un cuadro semejante, hay que tratar de bajar la temperatura del animal afectado inmediatamente llevándole a un lugar fresco, remojando con agua fría su cabeza, cuello, axilas e ingles e intentando que beba pero sin obligarle en ningún momento. Nunca deberemos envolverle con toallas húmedas ni refrescarle con agua helada, pues podríamos agravar el cuadro descrito. Y, por supuesto, una vez remojado, deberéis acudir de inmediato a la clínica veterinaria más cercana, incluso si después de vuestras medidas de urgencia el perro o gato parece recuperarse con normalidad, para descartar cualquier posible daño interno y para que se le administre la medicación adecuada.

Evitar este tipo de incidentes está en vuestras manos, queridos lectores. ¿Cómo? Ofreciéndonos agua fresca y limpia y asegurándoos de que la bebemos (como está haciendo Elmo en la foto que abre esta entrada), no dejándonos en el coche si viajamos con vosotros, no encerrándonos en habitaciones o espacios reducidos y calurosos, evitando las horas del mediodía si salimos a la calle, no permitiendo que nos quedemos demasiado rato al sol, etc. Como veis, se trata de unas medidas lógicas y muy sencillas con las que podremos prevenir sustos que muchas veces y por desgracia terminan resultando fatales.

Por si queréis saber más sobre el tema, os dejamos un par de enlaces bastante interesantes:

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ventana con gato azul

El domingo pasado nuestros humanos pasaron unas horas en Altea y, mientras paseaban por sus blancas calles, descubrieron, entre otros, a este gato azul curioseando desde una ventana. Si ya os digo yo que los felinos podemos estar casi en cualquier lugar, ¿o no?

lunes, 2 de agosto de 2010

¿El calor te aplatana? Encuesta de agosto

Con los calores estivales es típico que las personas que conviven con perros y gatos se percaten de cambios en su comportamiento y rutinas habituales. Y es que lo típico durante los meses de verano es que durmamos más, comamos menos, pasemos la mayor parte del día desconectados del mundanal ruido y concentremos nuestra actividad durante las noches. En pocas palabras: ¡estamos aplatanados!

Dicho lo dicho, nos ha picado la curiosidad y, versionando una encuesta del año pasado, lo que queremos descubrir con nuestra consulta de agosto, queridos lectores de cuatro patas, es si vosotros también sobrevivís a estos calores de 2010 reduciendo vuestra actividad a lo justo y necesario. Y así, la pregunta en esta ocasión es bien sencilla: ¿El calor te aplatana? Y las respuestas entre las que podréis seleccionar las vuestras son las siguientes:
  • , para aquellos cuya vida prácticamente se paralice a causa de los calores.
  • No, en el caso de que vuestra actividad sea la misma que cuando hace frío.
  • Pues no sabría decirte, por si nunca os lo habéis planteado y no sabéis qué contestar...
¡Ánimo, que no os derroten las altas temperaturas y votad cuanto antes! Recordad que cuantos más participemos, más interesantes serán los resultados y que el cuestionario podréis encontrarlo, como siempre, en la columna de la derecha.

domingo, 1 de agosto de 2010

Resultados de la encuesta de julio

En julio se nos ocurrió preguntaros cómo eran vuestros transportines, queridos lectores, y los resultados dejan muy claro que en esto, como en otras muchas cosas, el plástico se ha convertido en el material estrella a causa, seguramente, de su resistencia y fácil limpieza. Al menos eso deben opinar los 22 lectores que nos confesaron que sus transportines son de plástico, quedando sólo 4 con transportín de tela y ninguno con el modelo más tradicional de mimbre. Pero veamos el reparto total de votos cosechados por cada una de las respuestas propuestas:

¿Cómo es tu transportín?
  • De plástico, 22 votos (Un 73,3%)
  • De mimbre, 0 votos.
  • De tela, 4 votos (Un 13,33%)
  • Soy gato pero no tengo, 3 votos (Un 10%)
  • No soy gato y no necesito, 1 voto (Un 3,33%)
  • Ninguna de las anteriores, 0 votos.
Sea como sea, nos alegra leer que la mayoría de los participantes en nuestra encuesta tienen transportín, pues ya os comentamos que los gatos, cuando salimos de casa, tenemos que utilizar este tipo de contenedores por motivos de comodidad y seguridad obvios. Así que a esos tres amigos felinos que contestaron que aún no tienen transporte les sugerimos que se hagan con uno cuanto antes porque nunca sabemos cuándo nos puede hacer falta.

Llegados a este punto, sólo nos queda dar las gracias a los 29 participantes que con sus 30 votos han hecho posible que hoy sepamos algo más sobre los transportines de los lectores de la Gatera, siendo estas gracias especiales para Ro, Shafo, Blas y Marta, Espita Gorgorita, Luna y Zeus, Dark Euridice, Martín y Félix y Miss Wu, por enriquecer sus visitas y sus votos con sus comentarios y opiniones sobre tan importante pieza del ajuar felino.
----------