
Un fantasma por Halloween :)
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[image: Rumbo Gato Gatera Fantasma Catnip]
Rumbo y nuestro fantasma. ¡Buuuuu!
En las casas con gatos solemos tener de todo, de lo que tenemos no nos
fal...
Aparte de esta breve pincelada gatunera, hoy escribimos sobre Christian porque es su cumpleaños. ¡Se nos está convirtiendo en todo un adolescente! Y desde aquí esperamos que nuestro pequeño gran Gato pase un día muy especial.
Envíanos un texto breve, de al menos de entre 200 y 500 palabras, contándonos alguna anécdota protagonizada por tu gato. Todos los usuarios de Promiau que enviéis vuestros relatos antes del 15 de diciembre recibiréis gratuitamente en vuestros domicilios un kit Promiau (comedero para tu gato y taza con cuchara para ti) y el libro “Mileuristas” firmado por su autora, Espido Freire.
Y aquí tenéis los enlaces correspondientes:
Aquí llegaba don Quijote de su canto, a quien estaban escuchando el duque y la duquesa, Altisidora y casi toda la gente del castillo, cuando de improviso, desde encima de un corredor que sobre la reja de don Quijote a plomo caía, descolgaron un cordel donde venían más de cien cencerros asidos, y luego tras ellos derramaron un gran saco de gatos, que asimismo traían cencerros menores atados a las colas. Fue tan grande el ruido de los cencerros y el mayar de los gatos, que aunque los duques habían sido inventores de la burla, todavía les sobresaltó, y, temeroso don Quijote, quedó pasmado. Y quiso la suerte que dos o tres gatos se entraron por la reja de su estancia, y dando de una parte a otra parecía que una región de diablos andaba en ella: apagaron las velas que en el aposento ardían y andaban buscando por do escaparse. El descolgar y subir del cordel de los grandes cencerros no cesaba; la mayor parte de la gente del castillo, que no sabía la verdad del caso, estaba suspensa y admirada.
Levantóse don Quijote en pie y, poniendo mano a la espada, comenzó a tirar estocadas por la reja y a decir a grandes voces:
—¡Afuera, malignos encantadores! ¡Afuera, canalla hechiceresca, que yo soy don Quijote de la Mancha, contra quien no valen ni tienen fuerza vuestras malas intenciones!
Y volviéndose a los gatos que andaban por el aposento les tiró muchas cuchilladas. Ellos acudieron a la reja y por allí se salieron, aunque uno, viéndose tan acosado de las cuchilladas de don Quijote, le saltó al rostro y le asió de las narices con las uñas y los dientes, por cuyo dolor don Quijote comenzó a dar los mayores gritos que pudo. Oyendo lo cual el duque y la duquesa, y considerando lo que podía ser, con mucha presteza acudieron a su estancia y, abriendo con llave maestra, vieron al pobre caballero pugnando con todas sus fuerzas por arrancar el gato de su rostro. Entraron con luces y vieron la desigual pelea; acudió el duque a despartirla, y don Quijote dijo a voces:
—¡No me le quite nadie! ¡Déjenme mano a mano con este demonio, con este hechicero, con este encantador, que yo le daré a entender de mí a él quién es don Quijote de la Mancha!
Pero el gato, no curándose destas amenazas, gruñía y apretaba; mas en fin el duque se le desarraigó y le echó por la reja.CERVANTES, M., Don Quijote de la Mancha, Segunda Parte, capítulo XLVI.
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¡La tortura no es cultura!
¡No uses pieles! Porque son un lujo manchado de sangre...