Las pelusas están presentes en todos los hogares, pero son especialmente numerosas en las casas con perro o gato. Es un hecho fácilmente constatable que da igual lo que barras, pases la mopa o uses el aspirador: ellas siempre están ahí. Es más, una ley que acompaña a su existencia es la siguiente: "En el momento en el que tengas invitados, las pelusas se ubicarán en el lugar en el que sean más visibles, siendo su volumen directamente proporcional a lo comprometida que sea la visita" Y es que parece que estas pequeñas marañas ni se crean ni se destruyen, sólo se desplazan...
Su tipología es ciertamente diversa. Así, es posible encontrar pelusas rodantes que recorren el pasillo mientras nos trasladan a la escena de una película de vaqueros; pelusas etéreas que danzan al son de cualquier corriente de aire; pelusas traicioneras que se esconden en los rincones y nos asaltan en el momento más inesperado; pelusas antiguas, de esas que han crecido bajo la protección de algún mueble; pelusas esquivas que son difíciles de atrapar a causa de su agilidad y pequeño tamaño; pelusas esponjosas que presumen por su volumen y su consistencia tan bien definida, etc, etc. Dicen que en la variedad está el gusto y parece que las pelusas se han tomado en serio esto de agradar...
Mis humanos se sorprenden cada día de la cantidad de pelusas que se acumulan en nuestro piso, discutiendo mientras nos miran a Noa y a mí sobre la cantidad de almohadones y cojines que podrían haber rellenado con los pelos que hemos desechado a lo largo de nuestra convivencia. ¡Lo que me faltaba! ¡Que den ideas! En esta línea os diré que no se trata de un proyecto tan descabellado, puesto que algunas empresas han empezado ya a confeccionar jerséis, bufandas, guantes o chalecos con pelo de perro y gato: lo de los cojines sería un paso más en este negocio enfocado hacia amantes de los animales, locos por el reciclaje o personas odiosas que sean alérgicas y a las que queramos regalar algo muy especial (Ejem, ejem...) Nosotros, por si las moscas, echamos a correr, dejando en cada carrera una estela de pelos grises y blancos que pasarán a formar parte de la próxima remesa de suciedad enmarañada si el horizonte comercial de nuestros humanos no se amplía hacia el negocio de la confección y los complementos del hogar.
Por si a alguien le ha parecido interesante el tema de la ropa de pelo gatuno o perruno, os diré que algunas de estas empresas no sólo realizan prendas con pelo de animales desconocidos sino que os pueden confeccionar el suéter o las manoplas deseadas con el pelo de vuestra propia mascota. Sólo tenéis que encargaros de recoger la cantidad necesaria y de enviárselo. El resultado será una prenda cálida que permitirá que vuestro compañero peludo siempre esté con vosotros.
Para aquellos que queráis conocer más detalles sobre el aprovechamiento de las pelusas o incluso encargar un regalo muy especial os dejamos el enlace al siguiente artículo:
- MOLINA, R., "A la moda con lana de perro", en Magazine de El Mundo [Publicado el 7 de noviembre de 2005. Disponible el 25 de noviembre de 2008]
¿Pelusas? ¿Dónde? jijiji. En nuestra casa hay muchas pelusas... siempre andan por ahí cuando menos lo esperas.
ResponderEliminarMami acaba de pasar ese aparato tan ruidoso por toda la casa para deshacerse de ellas, y aún después de un buen rato, ahí siguen... A ella le ponen de los nervios, pero a nosotros nos parece muy divertido.
Ronroneos.
Rumbo, si es que hay que reciclar ¡Muahahahahahá!
ResponderEliminarHOLA!!!!!! TE ESCRIBE UNA AMANTE DE LOS GATOS A FULL, ME GUSTO MUCHO ESTE BLOG, TE FELICITO. TE DEJO EL MIO POR SI QUERES VISITARLO, UN BESO GRANDE. BEBY.
ResponderEliminarhttp://zonadegatossiameses.blogspot.com/