sábado, 6 de septiembre de 2008

Mi reino por una caja

Pues eso, que me encantan las cajas, pero sobre todo las de cartón. No lo puedo negar. Caja que encuentro, caja en la que tengo que meterme. La llegada de una a casa es todo un acontecimiento: las hay de leche, de zapatos, de fruta, de folios, de electrodomésticos,... Las tenemos grandes y pequeñas, con tapas y sin ellas, de colores brillantes o monocromas... ¡Mira que hay variedad de modelos! ¿Nunca os ha pasado que os han traído algún regalo y habéis preferido la caja al contenido de la misma? Inevitable: nada puede ser mejor que una caja de cartón. Y debo reconocer que sus utilidades son múltiples: sirven para esconderse, para jugar, para dormir... ¡Son tan confortables! ¡La mejor opción frente al aburrimiento felino!


Mi humana, en un intento por mejorar lo ya de por sí prácticamente inmejorable, convierte algunas de las cajas que llegan a casa en auténticos fuertes: con unas tijeras abre aquí y allá un par de ventanucos por los que podemos vigilar lo que ocurre fuera y por donde solemos sacar nuestras patitas para defendernos de los ataques del exterior. Además de esto, suele colgar dentro algún ratoncito con el que podemos jugar mientras estamos meditando nuestras estrategias bélicas (Ejem, ejem) ¡Y os aseguro que pasamos muy buenos ratos destrozando nuestro improvisado fortín!

Así que una sugerencia de fin de semana es que aprovechéis cualquier caja que tengáis en casa para jugar, esconderos o descansar un rato. Porque no hay nada mejor que sentir la calidez y seguridad que nos brinda un elemento tan simple y a la vez tan completo. Y mientras estéis disfrutando de vuestro momento caja, dedicad unos instantes a pensar en la persona que inventó estos maravillosos contenedores de cartón, porque gracias a él o ella, el mundo gatuno ha alcanzado sin duda nuevas dimensiones de placer y comodidad. Os lo digo yo que, si lo tuviera, dejaría mi reino por una humilde caja... pero de cartón, ¿eh?

15 comentarios:

  1. Que guapo sales en la foto,además de que te encantan te favorecen mucho amigo mio ^^!
    Al tete también le encantan pues en el momento que pilla una,la desmenuza en cachitos pequeños que va arrancando y escupiendo (le debe quedar la lengua aun más rasposa jiji).Es que mi tete es un poco bruto (mami le llama Meliteitor,adivina porque je) y cosa que coje,cosa que se carga,ais esta juventud gatuna!
    Os mandamos mimines amigos guau guau y miauuuuuuuuu ;)!

    ResponderEliminar
  2. ¡Ey! ¡Muchas gracias por contarme lo del programa de radio! Por desgracia nadie me ha avisado de que iban a hablar de mi blog por lo que no lo he podido escuchar en directo... Hubiera sido una cortesía de su parte, (un simple email hubiera bastado).
    ¡Muchas gracias y ronroneos!

    ResponderEliminar
  3. Ojalá compartiera contigo la afición por las cajas, pero no me gustan nada...salgo huyendo cada vez que veo una. Donde esté un buen grupo de plásticos, que se quite todo lo demás... ¡Te animo a probarlo!

    ResponderEliminar
  4. Hola Rumbo!
    Yo también quiero una caja para maquinar mis estrategias bélicas muajajajaja!
    Puuuurrrrsss

    ResponderEliminar
  5. Jajaja, Rumbo, igualito que Merlín :)
    Saludos,
    Tanakil.

    ResponderEliminar
  6. Dark, nosotros también hemos destrozado alguna que otra caja, pero es a causa de la emoción que nos produce jugar con ellas, je, je. Entendemos perfectamente a tu tete. Ah! Y gracias por apreciar mi fotogenia natural!

    Copito, a nosotros también nos gustan los plásticos. Pero recuerda que hay que tener cuidado con ellos, que a veces nos emocionamos y pueden ser peligrosos!

    Gastón: espero que encuentres pronto esa caja para esconderte mientras maquinas planes y proyectos 100% gatunos!

    ResponderEliminar
  7. Tanakil, veo que Merlín tiene buenas aficiones :)

    ResponderEliminar
  8. Una caja fue mi primer casita, ya que era muy peque y me resultaba calentita, pero un dia hice un hoyo lo suficientemente grande y huiiii muahahahaha, por supuesto, me atraparon, pero la adrenalina del momento me es inolvidable jeje.

    ='·'=

    ResponderEliminar
  9. Saludos Rumbo!

    Mis dos peludos también adoran las cajas... y los alambres de los paquetes de pan de molde, el aro de plástico de las botellas de agua mineral, las pelotitas de celo o precinto marrón...

    Pero sobretodo, mi pelo! Es lo más divertido para morder, tirar, jugar y enredar!

    Meeeoooowww!
    (de parte de Mr. Hanky y Bastet)

    ResponderEliminar
  10. Copito: Me gustó mucho la historia de tu fuga! Si es que las cajas sirven para todo!

    Gata Lili: Me encanta que estés de acuerdo conmigo.

    Helena: Os damos la bienvenida a ti y a tus dos peludos. Con respecto a lo de jugar con el pelo, yo también soy adicto a eso: me llaman Rumbo Llongueras por algo, je, je.

    Anita: Nos encantó tu castillo. Es lo mismo que trata de hacer mi humana, pero sin papel de regalo ni estrellas :) Veremos si algún día mejora el diseño de nuestro fuerte!

    ResponderEliminar
  11. Hola, soy Gotcha y soy nuevo por aqui. A mi también me chiflan las cajas. No puedo evitarlo. Sobre todo una de un muñeco de "pesadilla antes de navidad". Es tan bonita y brillante. Y tiene ventanitas a los lados... Mi humana me la ha guardado, porque sabe cuanto me gusta. Además cuando me meto dentro soy yo el que parece un muñeco. Y que queréis que os diga... la caja mejora mucho conmigo dentro.

    ResponderEliminar
  12. Bienvenidos, Daphne-de y Gotcha. Gracias por pasaros y por comentar. Por cierto, estamos seguros de que cualquier caja mejora con un gato dentro :)

    ResponderEliminar
  13. Cuánta razón tienes Rumbo. Las cajas de cartón son divertidísimas.
    A nosotros sí nos ha pasado eso que dices de preferir la caja al regalo que había dentro, jiji. Nada más y nada menos que cuando nos trajeron el rascador a casa, jijiji.

    Ronroneos.

    P.D: Menuda caja tan chula te ha preparado tu mami.

    ResponderEliminar

Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

----------