Saquitos térmicos

En los últimos días, coincidiendo con la bajada de las temperaturas que parece anunciar definitivamente la llegada del invierno, Noa y Elmo se han entregado sin pensárselo dos veces a una nueva ocupación: vivir abrazados a sus cojines térmicos. Supongo que algunos de vosotros, queridos lectores, habréis deducido que me estoy refiriendo a esos saquitos de tela rellenos de semillas que se calientan en el horno o el microondas y que se mantienen agradablemente tibios durante unas cuantas horas (el tiempo más que suficiente para que frioleros de campeonato como estos dos echen una buena cabezada) ¡Sólo es cuestión de cogerle gusto al invento! Incluso yo, que soy más resistente a esto del fresquete a causa, según las malas lenguas, del exceso de grasa de mi rechoncho cuerpecillo (Ejem, ejem...) he de confesar que en varias ocasiones, cuando creo que nadie me ve, me he arrimado a alguno de los saquitos... Y, si repito, por algo será ¿no creéis?

¿Y vosotros, queridos lectores felinos? ¿Sois frioleros o calurosos? ¿También utilizáis o habéis utilizado alguna vez este tipo de cojines de semillas? ¡No dejéis de contarnos!

Antes de terminar queremos destacar que una de las ventajas de estos saquitos es su seguridad, puesto que una vez atemperados no necesitan estar conectados a la corriente como una manta eléctrica o una estufa. Y otro detalle a tener en cuenta es que se pueden conseguir cada vez en más comercios, estando disponibles también en las tiendas de algunas asociaciones de defensa animal. ¿Qué más se puede pedir?