sábado, 9 de agosto de 2008

Una dura realidad

Este mediodía mi humana ha salido como casi todos los sábados para ir a comprar al centro de nuestra ciudad. Al principio pensaba coger el autobús, pero al final ha decidido que sería más agradable dar un paseo. Y así, caminando, caminando, no muy lejos de nuestra casa, se ha encontrado con un perrito. En casa somos gateros al 100% y de perrillos no sabemos demasiado, pero sí lo suficiente para que mi humana se haya dado cuenta de que ese pequeño no estaba bien. Se encontraba tumbado delante de un portal junto a un cacharro de cristal lleno de agua y sin aparentes intenciones de ir a ningún lado. La cabeza baja entre las patas, la mirada triste y su falta de reacción ante las palabras que le dirigía han convencido a mi humana de que debía quedarse para ver si alguien venía a por él. Tres personas que volvían de la compra cargadas de bolsas se han parado a su lado y se han puesto a hablar con mi humana. ¿Estaba abandonado el perro? ¿Qué podían hacer? ¿Estaría herido? Parecía un perro mayor, sin demasiadas fuerzas, que levantaba la cabeza cada vez que un coche paraba delante... Han preguntado a los vecinos que entraban o salían del portal si conocían al perro o si lo habían visto alguna vez, pero nadie ha sabido decirles nada hasta que ha llegado una chica que les ha contado como el perrillo llevaba en el portal desde esa mañana temprano, cuando había sido invitado a bajar desde un coche que, tras apear a su molesto viajero, había seguido su camino sin mirar atrás mientras un niño que iba sentado dentro del vehículo no paraba de llorar... Típico abandono de vacaciones pero esta vez ¡en medio de una avenida en pleno casco urbano! Al escuchar la historia y confirmar las sospechas, uno de los chicos ha llamado a la policía y desde aquí han pasado la llamada a la protectora, donde han anotado los datos de mi humana y han quedado en recoger al desdichado perrito... La gente se ha marchado y mi humana se ha quedado al cargo del perrete de triste mirada. De repente, en un alarde de energía, el perro ha echado a correr y mi humana ha tenido que ir a por él. Ha cruzado una calle con el semáforo en rojo (¡menos mal que no pasaba ningún coche!) y ha continuado con su huida hasta que una pareja le ha detenido y mi humana ha podido cogerle. ¡Y cómo pesaba el pillín! Ya en sus brazos, han vuelto hasta el punto de encuentro con el hombre de la protectora y se han sentado en un banco a esperar. Y a pesar de que mi humana era una completa desconocida, el perro se ha quedado en su regazo. Además de un evidente sobrepeso, a simple vista se notaba que el perrete tenía la boca hecha un desastre, signo quizá de una edad avanzada o de una mala dieta... En unos minutos ha llegado una furgoneta con un gran gato pintado en uno de sus lados: ya estaban allí para recoger al pequeño... Mientras el conductor se hacía cargo del perrillo y lo acomodaba en uno de los transportines que había en la parte trasera del vehículo, mi humana le ha contado lo que ella sabía: que había sido abandonado esa misma mañana... En esas estaban cuando un teléfono ha empezado a sonar. Ante el reclamo insistente del móvil, el hombre ha dicho: "¿Oyes el teléfono? Eso es otro aviso. Es que en verano no damos abasto". De esta manera, la puerta de la furgoneta se ha cerrado ante el protagonista involuntario de nuestra historia a modo de telón... Y mi humana se ha quedado, una vez más, con el corazón encogido, mínima y exigua ante esta avalancha de abandonos crueles y sin conciencia... Una dura realidad que no se esconde ni permanece al margen de nuestras vidas, ¡todo lo contrario! Puede encontrarse con nosotros a la vuelta de cualquier esquina...

¡Mucha suerte, perrito! Ojalá la vida te depare un futuro sin más falsedades ni desengaños...

6 comentarios:

  1. Ay qué triste historia, a mami y a mi nos pega mucho.

    ¿Qué más podría hacerse para crear conciencia?

    :(

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  2. Que horror lo que contás !! Me ponen tan tan mal los abandonos... :( Es por eso que siempre que puedo colaborar para encontrarle casa a los animales perdidos lo hago sin dudar... pero es la historia de nunca acabar, siempre siguen siguen apareciendo cada vez mas, y la gente es indiferente.

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  3. Qué triste... ojalá ese perrito tenga mucha suerte y tenga una vida llena de alegrías y cariño.

    Menos mal que tu humana estaba por allí y se ha hecho cargo de la situación.

    Ronroneos especiales para ella.

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  4. Que estória triste! Espero que aquele perrito encontre um bom lar.
    Que bom que tu humana ajudou ele!

    Thor

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  5. Hay que tener el corazón duro como una piedra para hacer una cosa así. Toda una vida contigo y derepente ya no vale nada. Como se ha de sentir ese perrito en un sitio extraño, sin las personas que quiere (aunque no sean merecedoras de su amor)... qué crueldad más grande.

    Qué ejemplo tendrá el niño de sus padres... Pero la vida nos pasa factura a todos.

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  6. ¿Cuándo terminará la irresponsabilidad de ciertas personas? Hasta el día que todo el mundo no sea consciente de que un animal no es un objeto o un juguete, no seremos sociedad... Por desgracia el número de abandonos en verano no decrece y en España es un problema vergonzoso que nos hace ser un país marcado dentro de Europa... Nunca superaremos la edad de piedra hasta que respetemos a nuestros animales...

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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