Anoche hubo reunión de humanos en mi casa a la hora de la cena. A mí me parece genial, porque es bueno que ellos tengan sus distracciones y, de paso, me traen público potencial al que sorprender con mis trucos y con mi saber estar: las visitas siempre sucumben a mi elegancia y a mis mil y una monerías... El caso es que en esta ocasión (y sin que sirva de precedente) les voy a dedicar unas palabras de agradecimiento a todos los amigos de mis humanos por la atención prestada, por los achuchones, por los mimos y por los innumerables "Guapo" con los que me elogiaron, destacando entre todos ellos a mi tía humana por parte de humana porque fue la única que me hizo caso hasta el final y dedicó su tiempo a jugar conmigo a la caza del plumero aún cuando la fiesta ya había perdido bastante de la energía inicial. Y por eso ahí va este:
¡MUCHAS GRACIAS!
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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!