martes, 12 de agosto de 2008

Pasado por agua...

¿Os acordáis que hace unos meses comenté que el veterinario había recomendado que tenía que bañarme? Pues la temida terapia se convirtió hace unos días en terrible realidad... El caso es que estaba yo tan tranquilo en mi siesta del domingo cuando noté que mis humanos tramaban algo (y es que eso se nota, ¿eh?) Sin moverme demasiado para que no se percatasen de que estaba despierto, abrí uno de mis ojos para ver si descubría qué era lo que ocurría en casa. ¡Y vaya si me enteré! Sin comerlo ni beberlo, me había convertido en el personaje principal del drama acuático que iba a tener lugar en nuestro cuarto de baño. Todo estaba dispuesto en el improvisado spa y yo acepté mi destino con la resignación típica de las tardes calor. Y debo reconocer que el agua estaba tibia, el jabón no olía del todo mal y las toallas eran mullidas y suaves. Así que, olvidando mis reticencias felinas en contra del líquido elemento, me dejé llevar. Pero ¡horror! Si hubiera sabido cómo iban a dejarme de revuelto el pelaje no hubiese consentido el baño de tan buen grado: ¡horas tardé en colocar cada pelo en su lugar! Menudo trabajo me costó devolverle a mi silueta ese aspecto elegante que el agua y el jabón se encargaron de borrar sin contemplaciones... Os dejo una foto para que veáis con vuestros propios ojos el estropicio: ¡si más que gato, parezco un erizo! Menos mal que en las artes de atusarme soy todo un maestro... Ejem, ejem...

7 comentarios:

  1. pero así bañada se queda más facil de esconderte. besos!

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  2. Hey Rumbo, no te ves tan mal con el baño, mira que con este calor, fue lo mejor...

    ='·'=

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  3. ¡Ay amigo! ¡Tus humanos no tienen corazón! Yo también he sufrido la tortura del baño y su consecuente trauma estético... En fin... paciencia...

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  4. Gracias a todos por los ánimos... Yo sólo espero que si tiene que haber una próxima vez, sea dentro de mucho tiempo...

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  5. ¡Pero Rumbo! ¿Cómo te has dejado bañar?

    ¡Qué sopor! En esa foto me recuerdas a mi archienemigo Zarinus...

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  6. Hola, Anita. Estoy de acuerdo contigo en que Zar y yo nos damos un aire... Así que seguro que en el fondo es un tío estupendo! Ya lo verás!

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  7. ¿Y te gustó el baño? A mi quieren bañarme... pero no lo conseguirán. Sólo me dejé de chiquitina cuando aún no me enteraba de mucho, pero ahora ni hablar, ¡estaría bueno! Yo ya me sé asear solita...

    Ronroneos.

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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