martes, 18 de noviembre de 2008

El patito feo

El otro día estaba yo, como buen gato, pensando en mis cosas, filosofando entre cabezada y cabezada, cuando de repente me puse a pensar en la importancia que para la mayoría de los humanos tienen los cánones estéticos. Dándole vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que la belleza, en gran medida, depende de la actitud de cada ser (sea persona u animal) Vamos, que si te crees hermoso o hermosa tienes gran parte del camino hecho. Interesante, ¿eh? Es innegable que la presencia de ciertos atributos físicos armoniosos y bien parecidos complementa a la perfección este modo de pensar, confiriendo al portador de un equilibrio entre mente y cuerpo que es irresistible para los demás.

Yo soy el ejemplo perfecto que demuestra que la unión de belleza física y confianza en uno mismo tienen como resultado una hermosura fuera de lo común. Y es que todo el mundo me lo confirma con piropos y halagos de lo más variados. ¡De ahí que me encanten las visitas que vienen a casa, fuente inagotable que alimenta mi ego gatuno! Lo que empieza a preocuparme es que antes yo era el guapo oficial de la familia y últimamente el reconocimiento ha comenzado a ser compartido: la gente ha empezado a admirar la esquiva hermosura de Noíta. Antes no era así, ella era la feucha y yo disfrutaba de mi éxito en exclusiva. ¿A qué se debe este cambio? Pues para mí que Noa ha empezado a creer en sus posibilidades, sacando partido a esos ojos color ámbar verdoso, a esa respingona naricilla rosa, a ese pelaje blanco como la nieve... Y me pregunto yo: ¿dónde habrá quedado aquel perfil de cachorrita barrigona con el que llegó a casa? ¿Qué habrá sido de aquella adolescente patilarga y orejona? ¿Cuándo la gata blanca del montón pasó a ser una digna contrincante a la hora de atraer las miradas de los demás? Vamos, que el patito feo se ha convertido en cisne y ahora tendré que esforzarme más para recibir mi ración de lisonjas y alabanzas. Eso sí, aunque ahora compitamos de igual a igual a la hora de recoger y lucir la banda de guapos oficiales y a pesar de que Noa se haya convertido en una elegante gata de fotogénica pose, para mí siempre será, irremediablemente, una blancucha y una chiquitaja... Esto... Mi blancucha... Mi chiquitaja... (Ejem, ejem)

3 comentarios:

  1. Rumbo, no sera que los años estan jugando a favor de la niña de las nieves?
    Creo que no hace falta competencia para recibir halagos, ya por ti mismo siendo tu en escencia eres capaz de lograrlo todo.. dejemos que Noa haga su empeño como buen felino en la carrera de impresionar mas...
    Lastima que los humanos ni creyendose el cuento pueden lucir mejor de lo que les toco ser..jiji

    ResponderEliminar
  2. Evidentemente, Juyi: Noíta, como los buenos vinos, mejora con la edad. Pero no pretendía que pareciese que compito con ella. Lo que quería decir es que, a veces, lo más importante es creer en uno mismo y que si mi pequeña compañera se lo cree es porque en realidad lo vale!

    ResponderEliminar
  3. Nosotros somos de la opinión de que cada persona o animal, es guapo.
    Todos tenemos algo, ¿o no? jijiji.

    Ronroneos.

    ResponderEliminar

Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

----------