martes, 25 de marzo de 2008

De regreso...

Después de un tiempo de vacaciones y relax, en casa volvemos a la rutina. Pero que conste que, a pesar del descanso, estos días han sido de lo más intensos. Para empezar, ¡ha llegado la primavera! Dejamos atrás el reinado del invierno y, aunque parezca que el frío quiere quedarse con nosotros, no hay que asustarse: ¡son los coletazos de un titán caduco! Lo cierto es que ya hemos entrado en la estación de las flores, con sus días tibios y cada vez más luminosos, con sus tardes para dormitar en la terraza, la mejor época del año para disfrutar de una siesta panza arriba al sol.

Como bien reza el refrán, "La primavera, la sangre altera", y yo he estado de lo más revoltoso. Para colmo tuve la genial idea de tragarme unas curdecillas que formaban parte de uno de mis juguetes... Yo no quería, pero empecé a mordisquearlas, a tirar de ellas, a rechupeteralas y el resultado fue que, glup, ¡me las tragué! Después del susto inicial que se llevaron mis humanos al darse cuenta de mi ingesta accidental de cuerpos extraños, decidieron que lo mejor era vigilarme y cambiar mi dieta a una con mucha fibra, aumentar mi dosis diaria de malta (¡Puaj!) y obligarme a hacer muchísimo ejercicio para ver si la naturaleza me ayudaba a expulsar lo que tan descuidadamente había permitido que entrara. Y la verdad es que funcionó (Ejem, ejem...)

Después de alguna que otra molestia, parece que lo peor ha pasado y que mi situación intestinal se ha normalizado pero, de todas maneras, me temo que la dosis extra de malta se quedará conmigo puesto que, gracias al buen tiempo, estamos de nuevo en época de muda. Y las dichosas bolas de pelo pueden ser también muy peligrosas... Noa está encantada con el plan, porque (como ya hemos contado en otras ocasiones) es una gata "maltadicta", pero yo, que no soporto esa pasta marrón, tendré que hacerme a la idea... ¡Ay! ¡Qué cruz! Y eso que somos gatos de pelo corto (como la mayoría de los lectores del blog, por lo que veo en la encuesta de este mes...)

En fin, os dejo, que es hora de una de mis sesiones maratonianas de ejercicio (entre la dieta y mi accidente con las cuerdecitas, ¡me voy a quedar hecho una sílfide!) A ver si convenzo a mi humana para que un día de estos nos pasemos al Pilates, que el aeróbic empieza ya a cansarme...

2 comentarios:

  1. Vaya, Rumbo, lo debiste de pasar mal, pero ahora ya está. Merlín y Bombay toman Hairball de Whiskas y parece que les va bastante bien para expulsar el pelo que se tragan de forma natural porque no vomitan. Los cepillados también van genial :) Ahora que viene el calor empiezan las largas sesiones de peluquería.
    Un saludo,
    Tanakil.

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  2. Hola, Tanakil! En nuestra casa también han comenzado las persecuciones cepillo en mano! Pero en el fondo nos gusta, sobre todo cuando nos repeinan la zona del cuello...

    Con respecto a lo de mi "accidente intestinal" la verdad es que ni me enteré y si mis humanos no hubieran encontrado el juguete destrozado tampoco se habrían dado cuenta. Eso sí, me han dicho que diga que ante un accidente de este tipo, hay que prestar mucha atención a cualquier síntoma y si el gatito se encuentra mal o alicaído hay que correr a la consulta del veterinario! Si yo no hubiera ido a mi cajón de arena con normalidad en las 24 horas siguientes, hubiese tenido que hacer una visita al doctor! Menos mal que no ha hecho falta! De todas maneras aún me vigilan, no os vayáis a pensar, y como noten algo raro, me veo otra vez en la consulta! :(

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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