sábado, 10 de septiembre de 2011

¿Dónde está Elmo? (2ª parte)

Hace tiempo, allá por diciembre de 2009, reflexionamos aquí, queridos lectores, sobre el gusto que sienten los felinos por esconderse, en general, y sobre la maña que tiene Elmito al respecto, en particular. Desde la publicación de ese post ha llovido bastante (casi han pasado dos años) pero esto no ha cambiado la costumbre de nuestro Elmo por rebuscar escondites domésticos cada vez más complicados y difíciles de descubrir. Y si no nos creéis, juzgad vosotros mismos ante la foto del último escondrijo que se ha buscado nuestro ingenioso rubiales.

¿Dónde estará Elmo?

7 comentarios:

  1. Te llevas el susto de tu vida. Primero porque no lo encuentras: ¿y el gato dónde está? Yo, al tener ahora mismo mis 4 gatos y una de acogida, acostumbro a hacer recuento de gatos de tiempo en tiempo, por si acaso.

    Eso, que te desaparece un gato y ya piensas que como estaba abierta la ventana... o la terraza... ¡ay! ¿se habrá ido por la puerta en un descuido cuando entraba cargada con las bolsas de la compra? El corazón a cien, llamándolo desesperada, un nudo en la garganta... y el gato no aparece. Y justo cuando te sientas en el sofá para llamar a las perreras por si lo ven antes de correr a la calle a buscarlo... ¡miau! ... otro susto, claro, porque no piensas que el gato se ha podido esconder dentro de la funda del sofá (al menos, la primera vez). Eso o... aparece de pronto, con cara de dormido, porque a saber dónde se estaba echando la siesta el muy hijo de su madre.

    Claro, que al tiempo te acostumbras y ya es cuestión de rutina: en la cama, bajo la cama, el armario, la bañera, detrás del bidet, la funda del sofá, detrás del sofá, debajo de la mesa... y al final el gato aparece y no te pones histérica. Pero la primera vez es horrible y cuando el gato aparece por fin y corres a besarlo y abrazarlo, tu segundo impulso es tirarlo por la ventana. Por cabrón. Sobretodo porque el tío te pone cara de: ¿tú eres tonta? ¿a que viene tanto jaleo? Sé que soy un dios, plebeya, pero creo que tu recibimiento es realmente excesivo...

    ResponderEliminar
  2. Pues el recién llegado Merlin ,no hemos podido descubrir donde duerme,en la mañana puntual cuando mi señora prepara el desayuno aparece como si se materializara de la nada.

    ResponderEliminar
  3. Vaya vaya que sitio para esconderse, mis gatitos buscan muchos sitios para esconderse, pero ese... es radical.

    ResponderEliminar
  4. Peke!! ¿cómo consigues ponerte en esos sitios? ¿y cómo consiguen encontrarte tus humanos? que guapo estás!

    ResponderEliminar
  5. Estos gatos son de lo que no hay. Menos mal que sólo tenemos que buscar a Sagu que siempre se asusta y se esconde (aunque sólo tiene dos o tres escondites fijos). Con Hirua no hay problema porque sale a recibir a cualquiera.
    Pero Elmo chiquillo, ese escondite es pasarse!

    ResponderEliminar
  6. Ahora que lo habéis descubierto tendrá que buscarse otro escondite... con lo que se lo había currado!!!
    Mi cama siempre está llena de "bultos sospechosos", les encanta esconderse debajo de la funda nórdica!

    ResponderEliminar
  7. Sí que sabe Elmito esconderse... cualquiera le encuentra.

    Besos

    ResponderEliminar

Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

----------