viernes, 11 de enero de 2008

Noches de marcha

Es bien sabido que los gatos somos unos noctámbulos empedernidos. Es más, muchos de nuestros humanos se quejan precisamente de eso, del exceso de actividad que tenemos noche tras noche. Y, total, sólo porque no pueden dormir. ¡Serán quejicas! En nuestro caso, Noa, como siempre, se escapa de la norma y es una gata dormilona que no molesta para nada. Así que me deja a mí el doble de trabajo. Como soy un gato concienzudo, cuando me pongo a hacer algo, me gusta hacerlo bien y me dejo la piel (es una manera de hablar) con tal de honrar a la noche con mi compañía: juego, corro, rasco los muebles, maúllo de manera insistente y he comprobado, aunque me parezca inaudito, que esto a mis humanos les molesta. ¡Pues que se unan a la diversión y al cántico, inaugurando una buena juerga casera! No os vayáis a pensar que soy el único gato que cumple con sus obligaciones nocturnas: al contrario, son montones los mininos bien atareados desde la hora de la cena hasta casi el desayuno... ¡Y es que nosotros somos así!

El caso es que las recomendaciones que hacen los supuestos expertos para controlar estas "conductas indeseables" (que así las llaman...) es que se juegue mucho con nosotros durante el día y claro, ahí que están mis humanos en sesiones maratonianas de ejercicio sin fin con las que acaban ellos peor que yo: que si el plumero por aquí, que si el ratoncito por allá, carreras por el túnel, batallas en el árbol... Pero a pesar de sus esfuerzos y de que cansarme, me canso, llega un momento en el que la noche me reclama... Y no puedo evitar seguir su llamada, porque es mi naturaleza, tal y como le dijo el escorpión a la rana antes de hundirse en el agua... Menos mal que mis humanos resisten a pesar de todo... Debe ser que, en el fondo, me quieren tal y como soy, ¿no creéis?

Para saber más sobre el tema, os recomiendo las siguientes lecturas:

1 comentario:

  1. Jijiji, está bien lo de jugar de noche. Resulta mucho más divertido que de día.Aunque los papis se enfadan porque tiramos cosas y no los dejamos dormir.

    Nosotros procuramos esperar a que estén dormidos y jugar en el otro lado de la casa, así ellos no se enteran y se piensan que hemos dormido toda la noche con ellos.

    Eso sí, a Zoe últimamente le ha dado por rascar el armario de su habitación y están un poco de uñas...es que a ella no le gusta que haya ninguna puerta cerrada aunque se la del ropero.

    Pasábamos a deciros que os hemos dejado un regalito en nuestro blog...para los dos eh??jiji

    Ronroneos y lamiditas

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Maullidos, ronroneos e incluso bufidos. ¡Este es el lugar adecuado!

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